Accedemos a la ferrata desde la misma plaza de la iglesia, sin salir del casco urbano. Callejeando llegamos hasta los pies de Peña Grajera y empieza la emoción de encaramarse a esta pared vertical con la impresión de estar sobrevolando Libros. Con una dificultad graduada en K3+ superamos pequeños extraplomos y el trazado nos obliga en ciertas ocasiones a buscar la mejor forma de progresar sobre la roca, un puente tibetano y un paso sobre estribos le dan el toque perfecto para hacer cumbre en la Peña Grajera. Todos los elementos de esta vía ferrata se conjugan para hacerla una de las más interesantes y bonitas que se puedan hacer.